jueves, 23 de agosto de 2012

RUTA NORTEÑA. CAPITULO 1 Más razón que un Santo...

Esto es lo que le diríamos a quien se sacó de la chistera el lema "Asturias. Paisaje Natural". Lo habéis adivinado. Este post está dedicado a Asturias, comunidad autónoma uniprovincial con más de 10.000 kilómetros cuadrados de paisajes maravillosos, gente estupenda, riquísima gastronomía y una sidriña que levantaría hasta al mismísimo zombie de Michael Jackson en Thriller.

El pasado Puente de la Asunción de la Virgen nos fuimos hasta allí de viajecito, Agenda Feliz en mano. Teníamos pendiente visitar tierras asturianas, sobre todo sus playas, que habíamos conocido pero en otra época del año. Èsa que no invita a ponerse en traje de baño precisamente.

Nos hemos enamorado, literalmente, de Asturias. Nos encanta viajar, y salir de España y ver Mundo... Pero es un crimen tener muchos sellos en el pasaporte antes de tener un master en la geografía de nuestro país. Ahí queda eso!!
Hablemos de Asturias pues. Instalamos el campamento base en Cué, una pequeña localidad a 1,5 km de Llanes. Es impresionante la paz, el silencio y la tranquilidad con la que viven su día a día los habitantes de este pueblecito que esconde muchos tesoros, quizá el más impactante una playa menguante según el capricho de la marea.




Tomarte una sidra acompañada de patatas con cabrales en La Espuela o El Castaño son una experiencia que no podéis perderos. Sobre todo porque, como ocurre en muchas zonas del norte, se puede comer bueno (muy bueno), bonito, barato... ¡¡y abundante!!
En cualquier sitio de la zona se come bien. Lo mismo en los pequeños locales de los pueblecitos más chicos, como en otros de más metros cuadrados e igual calidad en la cocina con los que os podéis encontrar en Llanes, donde hay un ambiente fantástico a cualquier hora del día. 




En el caso de que os decidáis por Llanes, os recomendamos El Almacén. ¡¡Qué croquetas de cabrales!!

Nos ha encantado la posibilidad de visitar y descubrir muchas playas en pocos días, ya que las distancias son muy cortas. Y el paisaje es más espectacular en cada descubrimiento.
Además de la impresionante playa de Cué, nos sorprendió la playa de Toró, justo en la entrada de Llanes, con una orilla repleta de rocas en forma de pico que seguro os suena de películas como "El abuelo" o "El detective y la muerte". 



Sin palabras nos dejó, un día más, la playa de La Ballota, completamente salvaje y coronada por un mirador con unas vistas difíciles de olvidar.


Y justo 1 km más adelante, Andrín. No decimos nada más porque aún estamos sin habla.

 


 Seguimos 15 km más (dirección Cantabria) y llegamos a La Franca, donde una pequeña ría desemboca en el Cantábrico rodeada de árboles y con un hotelito en plena playa perfecto para ir en pareja a achucharse un poco. ;))


Tuvimos una suerte espectacular con el tiempo. Eso nos decían cada día en El Pozu, la pequeña y única tienda de Cué donde puedes encontrar de todo.
Sólo hubo un día nublado que aprovechamos bien, muy bien. Nos montamos en el coche y nos fuimos hasta Gijón y Oviedo. Que no se diga que no le sacamos jugo hasta a los días con lluvia. Dimos un paseo por la playa de Gijón y su Casco Antiguo. Y en la capital no dejamos de visitar el Teatro Campoamor y el Hotel la Reconquista. Y cuando llegó el momento de la merienda estuvimos a punto de desmayarnos al probar por primera vez un riquísimo Carbayón en Rialto, una de las mejores confiterías del Mundo. 



Por cierto, en Madrid, en la calle Juan Bravo podéis probarlos. El Carbayon (con mucha almendra) y las Moscovitas, unas delicias de chocolate que son un pecado.

Antes os hemos comentado que la playa de Toró aparece en varias películas de la gran pantalla. Pero es que Asturias y sus rincones son muy cinematográficos. Garci, y sobre todo el asturiano Gonzalo Suárez, recurren siempre a sus paisajes para sus películas. Pero hay más nombres del cine que se enamoran de Asturias y la convierten en escenario natural de sus historias.
Atención, pregunta!! ¿En qué película aparece esta casona a la entrada de LLanes? La respuesta, al final del post...

Más allá de playas, de aperitivos y cenitas, y también de asfalto, no queremos dejar de mencionar el impacto que nos causó llegar a los Lagos de Covadonga. 


Fuimos hasta el Monasterio, visita obligada, y al ver que la niebla densa con la que amanecimos ese día no se disipaba, aprovechamos para subir a los Lagos de Covadonga. Amén del mal rato que pasó Gabi al volante (los que ya habéis estado, os podréis imaginar porqué... Sobre todo teniendo en cuenta que la de Bilbao tiene vértigo), es una estampa casi propia de Salzburgo y que nos dio la paz que necesitábamos tras una temporada, un año, realmente complicado. El paisaje es espectacular. te hace sentirte cerca del cielo, aunque suene cursi decirlo. Y la cercanía con la naturaleza más pura, vacas incluidas, nos dio una paz que aún hoy nos dura. De verdad, aunque tengáis vértigo y el camino se os haga pesado, no dejéis de subir a los Lagos.




Hemos de confesaros que ha sido una visita rápida, pero poco "gastronómica". Como os comentábamos, hacía tan buen tiempo que no quisimos perder ni un minuto de sol y mar en esas playas de escándalo. Pero, ¡¡ojo asturianos!! volvemos en otoño para hacer senderismo (increíbles las rutas que se pueden hacer) y para bebernos toda la sidra y comernos todo el cabrales que hemos dejado atrás. A unos 400 km más o menos...

Respuesta: La peli es "El Orfanato", de Juan Antonio Bayona. ¿Os acordáis del estrés de Belén Rueda buscando al pequeño Simón?




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