El pasado domingo amanecía lo suficientemente fresquito como
para poner en marcha nuestra idea de brunch en terraza. La primera opción para
este plan era el restaurante Iroco
(Velázquez,18), que en fotos que habíamos visto tiene una terraza interior
ideal y cuyo brunch recibía buenas críticas en internet. Sin embargo, nos
llevamos una desagradable sorpresa cuando el maitre nos comunicó que no había
brunch (no sabríamos deciros si ese domingo, en agosto, o nunca, porque el
hombre no fue excesivamente expresivo).
Afortunadamente
nuestra Agenda Feliz no se viene abajo ante las contrariedades y rápidamente
nos proporcionó otra opción por la zona: la terraza de Ramsés (Plaza de la
Independencia,4).En el primer puesto de las cosas positivas del brunch de
Ramsés destacan las increíbles vistas a la Puerta de Alcalá, que con los
bonitos colores del cielo madrileño no podía lucir mejor. Además la ventaja de
Madrid en agosto es que el bullicio típico de la capital brilla por su ausencia
y se puede disfrutar de las terrazas con total calma. Como tenemos claro que
los domingos son para disfrutar, nada más sentarnos y a falta de que nos
trajeran la comida nos pedimos tres mojitos de frutos rojos.
Con nuestros
mojitos en la mano, las dos autoras de este blog y nuestra amiga Teresa,
analizamos las amplias posibilidades que ofrece el menú por 25 euros. En este
punto es importante que os aclaremos que los 25 euros no incluyen ni IVA ni
bebida, así que el precio final si se disfruta con un cóctel, como hicimos nosotras, asciende a 40 euros aproximadamente.
Disfrutamos
muchísimos de los primeros y segundos platos. En el caso de los primeros
buenísimos todos, ya que cada una nos descantamos por cada una de las opciones
posibles y todas quedamos muy pero que
muy contentas, aunque quizá la opción ganadora podría ser el sándwich de
tramezzini con jamón asado y queso Mimelot. En los segundos probamos los huevos
poché y la hamburguesa y la verdad es que quedamos encantadas.
Por fin se
acercaba el momento más esperado por todas: el anunciado carro de bollería
artesana. Debemos confesar que desde que nos sentamos nuestro lado más goloso
no dejaba de fantasear con la llegada de ese momento y…..desafortunadamente fue
un poco decepcionante. La bollería estaba buena, si bien poco variada al igual
que sucedía con las mini tartas versionadas. Eso sí, la fruta de excelente
calidad.
Al final
nosotras nos fuimos contentas, porque lo importante es conocer sitios nuevos,
disfrutar de Madrid (más en agosto que está para enamorarse de ella) y ponerse
al día con amigas…..así que objetivo cumplido!
Para
septiembre hemos apuntado en la Agenda
conocer el brunch de Losiguiente (Fernando VI) del que nos han hablado
de maravilla ….
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